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«Mi movilidad es reducida. Tu civismo no tendría que serlo»
Respeta la prioridad absoluta en el transporte público.
Te presentamos testimonios reales que nos trasladan las problemáticas con las que se encuentran cotidianamente a la hora de viajar en metro y bus.
En el transporte público, haz un uso correcto de las instalaciones: en los ascensores de la red de metro, da siempre prioridad a quien lo necesite. A bordo de los vehículos, cede los asientos para personas con movilidad reducida y respeta los espacios reservados para sillas de ruedas.
«Tú puedes ir por las escaleras. Yo necesito el ascensor»
«En todas las estaciones existen alternativas para personas sin movilidad reducida ni ningún tipo de discapacidad: escaleras de piedra o escaleras mecánicas. A pesar de ello, demasiado a menudo hay personas que prefieren coger el ascensor. El problema surge cuando no ceden el uso prioritario a los que no tenemos ninguna otra opción que utilizar el ascensor.»
Lorena Blanco lleva una prótesis en la tibia.
«Tú quieres sentarte. Yo necesito sentarme. Respeta los asientos reservados»
«Muchas veces, sin darse cuenta, las personas se sientan en los asientos preferentes y se quedan hipnotizados por la pantalla del móvil o se hacen los despistados, como si no te vieran, y nadie te ofrece el asiento sobre el cual tienes prioridad absoluta.»
Javier Rojano lleva una prótesis en la rodilla.
«Si ocupas el espacio para sillas de ruedas, ¿dónde me pongo yo?»
«El espacio reservado para sillas de ruedas está claramente señalizado. Aun así, muchas personas dejan ahí las maletas, el carro de la compra o diferentes objetos. A menudo me encuentro que cuando llego con la silla de ruedas y nadie parece ser responsable de las maletas u objetos hasta que les llega la hora de bajar, de forma que yo no puedo disfrutar del espacio destinado a cubrir mis necesidades.»
Andrés Hinarejos tiene una lesión en la médula espinal.