Cuando se inicia el aviso de cierre de puertas en el metro, es una señal clara de que debemos detenernos y actuar con precaución. Respetarlo no es opcional, sino imprescindible para garantizar la seguridad de todos los viajeros.
Las personas que intentan entrar o salir del vagón en el último segundo se exponen al riesgo de quedar atrapadas entre las puertas y sufrir accidentes graves. Además, pueden provocar afectaciones en la circulación de los trenes, ya que un retraso por culpa de una puerta bloqueada puede generar una reacción en cadena que afecte a todo el servicio.
Cuando hacemos caso a los avisos, ayudamos a mantener la fluidez del transporte público y evitamos accidentes que podrían afectar a decenas de personas. La seguridad comienza por uno mismo.